Historia Universal de la quema de libros, una entrevista con Fernando Báez

Por Alfonso E. Ochoa Hofmann

12271Recientemente Editorial Océano en su incansable labor de publicación de obras acaba de editar la segunda edición de una obra extraordinaria: «La Nueva Historia Universal de la Destrucción de Libros», una obra que en el 2004 saldría bajo el nombre de «Historia Universal de la Destrucción de Libros» del Doctor Fernando Báez.

Esta obra es singular no sólo por el contenido que ella tiene, también lo es por el momento en el cual surge, su primera edición se publica en momentos en que estaba en su apogeo la guerra de Irak, una condición extraordinaria para probar la tesis del libro, esta tesis sostiene que en los primeros momentos de un conflicto bélico lo que inicialmente se destruye son las bibliotecas, pues al destruir estas se destruye su historia.

Fernando Báez es un bibliotecólogo, ensayista y novelista venezolano que ha desarrollado una constante labor de investigación en temas sobre libros y la transformación cultural a nivel global, Báez salta a la fama precisamente por la primera edición de la obra que hoy comentamos.

En esta obra nos invita a hacer un largo viaje que arranca con Sumer, las bibliotecas de Isin, de Babilonia, pasando por la Biblioteca de Alejandría así como por la destrucción de libros por chinos o cristianos, sin olvidar la destrucción de códices aztecas realizada en México por Fray Juan de Zumarraga, quien a la par e irónicamente fue el creador de la primera biblioteca pública en México.

imagesEste viaje llega al siglo XX explicando la destrucción de libros por parte del Nacional Socialismo y cerrando la primera edición hasta Bagdag en el 2003. La obra mantiene una distribución del contenido apegada a criterios cronológicos y geográficos y divide el estudio en tres fases: el mundo antiguo, la edad media y la edad contemporánea.

Esta segunda edición enriquecida por lamentables sucesos como el 9/11 y otro tipo de fenómenos que se han presentado en los últimos años representa uno de los más interesantes ejercicios para tratar de divulgar la forma en que continuamos «creciendo», muchas veces olvidando mantener nuestra cercanía a los libros.

A propósito de esta nueva edición del libro gracias al apoyo de Editorial Océano México pudimos entrevistar vía electrónica a Don Fernando Báez, entrevista que les presentamos a continuación.

Doctor Baez usted se forma como bibliotecólogo, la mayoría de sus obras hablan de los libros, ¿como adquiere esa pasión por los libros?

baezfernandoNací en San Félix de Guayana, y debido a la humilde condición de mis padres pasaba el día entero en una biblioteca local mientras mi madre trabajaba. Mi padre era un abogado honesto y como es de esperarse nunca tenía trabajo, de tal modo que parte de mi infancia se hizo entre libros, anaqueles sencillos que ofrecían un desahogo para tanta pobreza. Para Borges la biblioteca era el paraíso, para mí era mi refugio y hoy todavía cuando entro a una biblioteca siento que entro en una máquina del tiempo, idea que le hubiera gustado a Julio Verne y a Ray Bradbury.

Uno de sus primeros libros y que le ha ganado reconocimiento global es su trabajo sobre la «Historia de la Destrucción de Libros. De las tablillas sumarias a la Guerra de Irak», este trabajo abarca hasta el 2003. Del 2003 a nuestros días se han dado varios conflictos internacionales, ¿considera usted que la inercia por la quema de libros y por ende la quema de su propia historicidad se ha frenado o es algo que resulta imposible pensar que se frene?

1933-may-10-berlin-book-burningEl libro no es quemado como objeto ni como tecnología sino por su condición como símbolo cultural. Los biblioclastas, el nombre erudito que tienen los destructores de libros, son censores que intentan borrar, anular o intimidar, manipular la identidad de un grupo o nación porque la identidad depende de la memoria. Somos lo que recordamos que somos y si alguien altera nuestros recuerdo, modifica esa identidad. Por eso los españoles queman los códices en México, por las mismas razones que construyen la Catedral sobre las ruinas de Tenochtitlán, hacer un palimpsesto híbrido que dio resultado y la prueba es que hoy no hablamos nahuatl sino castellano y el papa es un latinoamericano que pide perdón desde el Vaticano por un genocidio humano y cultural irreparable, más valor tuvo el Padre Las Casas cuando relató la destrucción de Indias. La hipótesis que está en la Historia Universal de libros fue ampliada en la nueva edición que salió en México en 2014 con el título de Nueva historia universal de la destrucción de libros, una obra que me ha deparado grandes amistades y lectores que respeto mucho.

En el 2004 usted escribe una obra intitulada «La destrucción cultural de Irak» una obra en donde reporta que el saqueo que se realizó al patrimonio cultural de Irak, razón por la cual sería considerada persona non grata para el gobierno norteamericano, el rol de bibliotecólogo pareciera ser se coloca como uno que hace una férrea defensa de la cultura y la historia cultural de su país ¿usted a la luz de todo lo que ha vivido por divulgar la destrucción de libros, como definiría la labor del bibliotecólogo? 

La bibliotecología o lo que hoy son las Ciencias de la Información en la era post-Snowden implica un compromiso con la transparencia, la responsabilidad ciudadana y social. He insistido mucho en mantener este tema porque en general predomina la tendencia hacia profesional más técnicos y menos humanistas que al final pasan a ser parte de la nómina de corporaciones o instituciones donde el libro no es un instrumento de emancipación o imaginación sino un trámite burocrático cultural. A los políticos, en mayoría, no les interesan ni las bibliotecas ni las librerías ni los planes de lectura, las corporaciones sólo quieren vincular bibliotecas como museos o centros de control social.

Hoy usted presenta una nueva obra intitulada Los primeros libros de la Humanidad, El mundo antes de la imprenta y el libro electrónico, una obra en la que nos invita a conocer las principales obras que se han realizado, sea en papiros, manuscritos, pergaminos o en códices, realiza un viaje histórico por todo el globo para explicar como han ido evolucionando, a titulo personal para usted ¿cual representa la obra más fascinante, sea por su propia historia o por la experiencia que vivió en hallar de esta para su libro?

51BYRY9SYHL._SY344_BO1,204,203,200_Tenemos unos 10.000 años de historia escrita y 140.000 años de prehistoria como especie Homo sapiens. Si pensamos que procedemos de especies con 6 millones de años de historia, nuestra historia escrita apenas llega al 1%, y es asombroso que en ese porcentaje tengamos obras que van desde el Poemas de Gilgamesh hasta monumentos literarios como Don Quijote o la Divina Comedia de Dante, la obra de Aristóteles y Platón. En el mundo antiguo, milenios de libros manuscrito o hechos a mano hasta invención de la imprenta, me sorprendió estudiar El Poema de Gilgamesh, sus etapas, sus fases orales, su conversión escrita, el secreto iniciático en su divulgación en los zigurats de arcilla, su asimilación en culturas como la sumeria, acadia, babilonia, asiria y luego persa hasta nosotros. Su tema es el de la inmortalidad, que sigue muy vigente, la búsqueda de cómo trascender lo que somos.

¿Considera usted que en la creación de estas obras hay coincidencias, sea en los temas, sea en las preocupaciones que las motivaron? de ser así ¿cuales serían estas y cuales serían las principales diferencias?

Un espíritu de fortalecer la identidad social, construir una identidad colectiva afirmativa, y es increíble la fuerza de los libreros, editores y bibliotecarios por superar tanta adversidad para transmitir una pasión por un hecho tan determinante como la lectura en los procesos cognitivos. Las diferencias son motivo de la diversidad, que suele ser la base de una falta de homogeneidad para el cambio.

Hay historiógrafos que asumen que durante la época medieval el proceso de creación de libros era tan meticuloso y tardado que realmente un autor era muy difícil pudiera ver su obra materializada en un libro, ¿considera usted que debido a esta tardanza se perdiera mucho del pensamiento de la época?

Era tiempos difíciles como todos los tiempos que ha tenido que vivir la humanidad. Nunca ha sido fácil el mundo del libro ni ahora que la gente publica en el Internet que creó ARPANET, la división del Pentágono que se alió con universidade4s para gestar la nueva fase de transmisión cibernética. Con respecto a la Edad Media, hay un hecho curioso y es que el abad Johannes Trithemius, padre de la criptografía que hoy sostiene la encriptación de mensajes electrónicos, tenemos su Elogio del escriba de 1492, y la obra destacó el valor del pergamino contra el libro impreso debido probablemente a lo que sintió como una desnaturalización del acto de la escritura: «Dedíquense enteramente a la escritura, la fuente del verdadero placer, y en su servicio podremos aproximarnos al glorioso trono de Dios». En su obra lanzó un anatema y dijo que el libro impreso no duraría mucho porque había condenado un arte sagrado que era el de los escribas.

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